El otro día tuve un sueño revelador. Lo que a priori podía parecer una horrible pesadilla, me dejó una lección que debo compartir con vosotros...
Soñé que donde yo vivía había un demonio enorme y horrible, tenía unos grandes cuernos, su apariencia era como la de un búfalo ardiendo que andaba a dos patas consiguiendo doblar su tamaño y resultar aún más aterrador si es que eso era posible. El simple hecho de saber que vagaba por las calles, hacía que apenas nadie se atreviese a salir de sus casas si no era totalmente necesario ya que el demonio iba seleccionando gente para torturarla entre aquel que anduviera suelto por ahí... y lo hacía allí, en mitad de la calle para que todo el mundo pudiera apreciar su maldad y le tuvieran más miedo todavía.
Obviamente nadie se acercaba a ver aquel dantesco espectáculo de cerca, todos se escabullían como podían, pero los gritos de la persona que en ese momento estaba siendo supuestamente maltratada, te hacían pensar que nada bueno estaba pasando.
Pero un día tuve que salir y vino en mi busca. Me dijo que debía ir con él ya que me iba a mostrar mi castigo. Me llevó a una habitación muy desordenada y me dijo:
- Debes devolver el orden a todo esto. Cuando termines -continuó- ven a buscarme para hacérmelo saber.
Su voz tronó con fuerza, tanto que mi cuerpo vibró con cada palabra que salía de su boca.
Yo no entendí nada. ¿Ese era mi castigo? ¿Ordenar una habitación?
Pero por supuesto no quise contradecirle y así lo hice.
Cuando terminé salí a buscarlo para hacérselo saber. La calle estaba llena de gente que gritaba como si le estuviesen arrancando la vida, pero yo debía llegar hasta allí para decirle que ya había terminado con lo que me había mandado, así que saqué fuerzas no sé muy bien de dónde y así lo hice.
Cuando vio que me dirigía hasta él se acercó hasta mi. Conforme lo iba haciendo su figura se hacia cada vez mas aterradora.
- Ya he terminado lo que me mandaste - le dije temerosa.
-Bien -contestó satisfecho- ahora acompáñame.
Quería mostrarme su obra como un niño muestra orgulloso su dibujo o su primera manualidad.
- Mira -dijo estirando su mano hacia el frente.
Lo que me mostraba era un hombre sentado en una especie de trono, rogando porque parasen y le dejasen salir de allí. Yo me acerqué con la intención de ayudarle y lo que presencié estando a su lado me dejó más fría todavía.
El castigo de aquel señor era tan solo ser capaz de relajarse y respirar por la boca. Nadie le sostenía, simplemente había allí alguien que tapaba su nariz y ya... yo me acerqué e intenté calmarlo.
-¿Por qué gritas tanto y estás tan alterado?- le dije mientras acariciaba la cara- solo debes respirar por la boca y listo, podrás continuar con tu camino...
El me miró, se relajó, y así lo hizo. En esas, el demonio se acercó y le comentó:
- ¿Ves que no era tan difícil?, ahora puedes ir en paz.
Yo lo miré atónita. ¿Qué estaba pasando allí? Eché a correr y decidí ir uno por uno a ver qué tipo de torturas estaban soportando y ver también la manera de ayudarlos. Miré al demonio fijamente, y él me devolvió la mirada asintiendo con la cabeza dándome su permiso.
Cuando llegué allí pude comprobar que lo que de lejos parecían torturas dignas de la Edad Media, eran sólo pequeños retos sin importancia pero que cada persona vivía como si fuese el peor momento de su vida.
En ese momento todos mis miedos desaparecieron y no pude evitar girarme hacia él y preguntar... ¿Qué está pasando aquí?
Su respuesta fue lo que más me marcó.
"No está pasando nada. Vosotros habéis dado por echo que mi presencia aquí era maligna cuando yo sólo vengo a ayudaros a enfrentaros a esa parte oscura vuestra que tenéis tanto miedo de enfrentar. Yo represento vuestros miedos. Aquellos a los que a veces veis como al peor demonio malvado y aterrador, pero que si os atrevieseis a mirar de cerca os daríais cuenta de que no son para tanto. Entiendo que hay situaciones que os pueden parecer un mundo, incluso pueden llegar a serlo, pero no hagáis al monstruo tan poderoso sin antes por lo menos mirarlo de cerca. No soy tan malo, pero ni me habéis dado la oportunidad de demostrarlo".
En ese momento mi miedo desapareció. Lo que al principio se mostraba como una pesadilla tétrica y oscura, empezó a tomar luz a pesar de que aquel demonio permanecía en ella.
Entendí que todos tenemos nuestra parte oscura, y a veces la obviamos y ni nos atrevemos a ahondar en ella por miedo a lo que podamos encontrar allí. Pues forma parte de nosotros, y debemos amarla igualmente porque si no no nos podremos amar de verdad. Aceptarnos tal y como somos, y por supuesto afrontar y superar los obstáculos que nos encontremos en el camino, porque a veces no nos atrevemos a dar pasos porque de lejos parece todo muy aterrador, pero quizá si tienes el valor de ir avanzando te des cuenta de que el reto al que te enfrentas es insignificante para ti, o que quizá sea complicado pero eso no significa que tú no puedas.
Gran sueño y gran lección, sé que este mensaje ha llegado a mi no sólo para que yo la aprenda, sino porque tengo la gran suerte de teneros al otro lado y debo hacer todo lo que esté en mi mano para ayudaros.
Espero que os sirva y que os haya gustado, sé que éste mensaje viene directo desde arriba, y no puedo más que darles las gracias por habérmelo hecho ver de una manera tan clara. No dudes en compartirlo tú también.
Un besazo preciosos.